Teruel homenajeó a Víctor Barrio un año después de su trágico fallecimiento en esta plaza con una corrida emotiva y emotiva. Los toreros anunciados pusieron toda su entrega, el público regaló su cariño y la empresa hizo un claro esfuerzo para rendir el mejor homenaje posible al diestro fallecido. Una vez concluido el paseíllo hubo un minuto de silencio, durante la cual Inma Vilchez cantó al torero desaparecido acompañado por una guitarra. Luego, el público, que llenó el coso, hizo saludar una ovación la terna antes de que recibieron un cuadro en memoria de Víctor. Aún sin haber salido el primer toro el ambiente ya fue caloroso.
Enrique Ponce se bautizó con las Albaserradas de Adolfo Martín con una corrida generalmente basta de hechuras y desigual en cuanto a su comportamiento. El primer toro de presentación justa y hocico de rata humilló en el capote del valenciano y durmió debajo del peto en sus dos encuentros. Brindó al cielo para entonces comenzar doblando con un toro que iba desvelando poco a poco sus virtudes. Templó las humilladas embestidas de su oponente en series por ambos pitones, muy cerca de tablas. Despacio, suave suavecito, así como dice la canción esa que no para de sonar en todas partes. Una faena magistral que terminó el de chiva cuando perdió intensidad al final. Hundió el acero en el Morillo del toro y cortó la primera oreja con petición de la segunda.
Volvió a estar relajado con el capote ante el cuarto ejemplar de la tarde, un toro que brindó al público. Comenzó la faena de muleta con doblones muy de su estilo con este toro que tuvo menos clase y calidad de el primero. Lo sometió a su altura en templadas series con la mano diestra en una faena basado en el tercio. Lo intentó al natural pero solo exprimió unos lances bonitos. Cuando el toro se rajó en tablas el diestro de Chiva se metió cerca de los pitones para seguir pasándolo con temple. Cuando ya no quedaba nada más se puso de rodillas, sí, ¡con un Adolfo! Sonó el primer aviso cuando perfilaba para matar. Pudiera haber cortado dos trofeos si no fuera por el pinchazo que procedió a los dos golpes del descabello. El premio se quedó en un apéndice y una clamorosa vuelta al ruedo con gritos de ¡Torero! ¡Torero!
Otros dos trofeos cortó Morenito de Aranda a sendos enemigos por su buen oficio y conocimiento de este encaste. El torero de Burgos se gustó con el capote ante el tercero y su cuadrilla desmonteró en el segundo tercio. Se puso a torear en redondo a un toro con poco fondo y casta que también fue irregular. Morenito estuvo seguro con el toro logrando muletazos bonitos cuando el animal regaló una buena embestida, pasándolo con la mano baja y los pies asentados, colocó una estocada baja. El sexto fue un toro de bonitas hechuras que fue recibido habilidosamente de capote por Morenito. El toro acudió dos veces al caballo empujándolo por bajo. Morenito brindó a sus compañeros una faena de entrega y disposición en la que los mejores momentos llegaron al natural con un toro áspero que se quedó corto. Remató con una estocada entera tras un pinchazo.
Junto a Morenito estaba Curro Díaz en la fatídica tarde del año pasado. Desafortunadamente no tuvo suerte en el sorteo en esta corrida que rindió homenaje a su compañero fallecido. El segundo fue un toro más hecho de carnes. El de !inares brindó a Morenito pero solo pudo sacar algunos muletazos preciosos de un toro con poca bravura que no le permitió realizar una faena redonda. Colocó una estocada defectuosa por lo que el toro tardó en doblar. El quinto ejemplar respondió con nobleza a los cites pero se desentendió a mitad del muletazo, impidiendo cualquier tipo de lucimiento. Al terminar la corrida hubo quienes quisieron sacar a Ponce y Morenito a hombros pero la terna abandonó el coso a pie, todas a la vez escuchando una clamorosa ovación.
Imágenes de Castilla-La Mancha TV.
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