sábado, 18 de marzo de 2017

Los ojos del toro



Cuando yo era niño y vivía en Inglaterra ya conocía el debate de la vista del toro. Incluso en Inglaterra se cuestionaba si el toro acometia al trapo del torero por ser rojo o si estos animales n son capaces de distinguir colores. Por eso me sorprendio que en el mundo del toro apenas existen estudios sobre este asunto, al contrario, la mayoría de lo que sabemos viene de rumores y sospechas. Sin embargo, la programa de TVE  “TendidoCero” ha desvelado en una serie de reportajes las conclusiones de una investigación realizada por un grupo de veterinarios de la universidad de Murcia.

La investigación se realizó con un gran número de reses lidiadas en plazas de toros de la costa mediterránea y pretendía responder algunas de las preguntas más comunes con respecto a la vista de los toros de lidia. Para hacer la investigación se analizó el comportamiento de las reses en el campo, en los corrales y en la plaza, pero también analizaron los ojos de ltoros lidiados. El estudio, y el reportaje de Tendido Cero, han entrado en tres aspectos distintos de la visión del ganado bravo; la lateralidad de la visión, las posibles alteraciones en la visión del toro y el campo y agudeza visual del toro.  

Los resultados de esta investigación no solo han proporcionado información científica, sino que también han respondido a preguntas de gran importancia en el mundo del toro, que podrían mejorar la lidia y el cuidado de las reses antes de ella. Una de las conclusiones más interesantes de este estudio fue la del profesor Juan Seva que se dedicó a estudiar la lateralidad de la visión del toro de lidia. La lateralidad se considera como el predominio de un lado del cuerpo sobre el otro a causa de la superioridad de un hemisferio del cerebro sobre el otro. La lateralidad existe en casi todos los animales (incluyendo los humanos) y el profesor llego a una conclusión muy interesante con respecto a este asunto.

Resulta que en los toros bravos suele predominar el ojo izquierdo, ven mejor por este ojo y por lo tanto prefieren mirar cualquier amenaza por este ojo. Durante la lidia una gran mayoría de reses demostraron preferencia por empujar con el pitón izquierdo para tener el objeto amenazante visible en este ojo; suelen empujar el peto con el piton izquierdo, acometen al banderillero por este lado y las faenas suelen estar basadas en el toreo con la mano derecha (de tal forma que el toro ve el engaño con el ojo izquierdo. En adición, se observó también que cuando el torero recibe al toro en chiqueros, este suele tener una tendencia natural de ir hacia la izquierda. Al igual que hay una minoría de personas zurdas, no todos los toros van a tener esta tendencia, habrá muchos toros que hacen lo contrario. Aun así, parece que esto lo deben de tener en cuenta los lidiadores cuando están en la plaza.

Por otra parte, el profesor Juan Manuel Bueno se ocupó de investigar el campo y agudeza visual del toro de lidia. Quizás la información obtenida en este parte de la investigación es de más interés para el sector taurino, sobre todo los toreros. Con respecto al campo visual del ganado bravo pudieron comprobar que los animales tienen una zona ciega directamente en frente de su cara que se llama la “zona de exclusión visual”. Cuando el torero se coloca en este sitio se encuentra más seguro y en menos riesgo al no poder verle bien el toro.

La zona de exclusión visual es un sitio en forma de triángulo directamente en frente de la res (en medio de los pitones) que es debido a la distancia que existe entre los ojos del ganado. Según el profesor, esta zona ciega existe porque las presas (principalmente herbívoros) tienen los ojos ubicados al lado de la cabeza para poder detectar posibles depredadores que atacan al animal desde atrás. En resumen, la visión frontal no es de gran importancia para los bovinos, sino la visión mas panorámica para detectar amenazas con más facilidad.


                   

Desde hace prácticamente un siglo el torero sevillano Juan Belmonte revoluciono el arte de torear hacienda algo que, en aquel entonces, parecía suicidio. Belmonte logró torear con una quietud nunca visto hasta entonces. Belmonte descubrió que, al ponerse en media de los pitones el toro tenía la zona ciega por donde no le vio (zona gris), y entonces, al presentar el engaño en la zona de visión lateral del toro (zona amarilla) fue capaz de dirigir la embestida del toro alrededor de su cuerpo con gran seguridad. No fue fácil dominar esta nueva técnica de torear, el toro tiene visión binocular delantera a una distancia más larga (zona verde) y los toros castigaron mucho al torero de Triana hasta que esta nueva tauromaquia alcanzó su máxima plenitud. Es por eso que “cruzarse al pitón contrario” es tan esencial en la tauromaquia moderna. 

Asimismo, fue confirmado el hecho de que los toros bravos tienen una calidad de visión inferior a la de un humano debido a la menor cantidad de células, que es lo mismo que pixeles, que existen en la retina de estos animales. Estas células se dividen en dos tipos; unos que detectan movimientos (bastones) y otros que distinguen colores y detalles (conos). Al tener los toros más conos, su visión está más predispuesta para ver movimientos que colores o detalles. Respondiendo así a una pregunta de si los toros ven en color o no. El caso es que ven colores, pero no de la misma manera que nosotros.De tal forma podemos decir que los colores brillantes de los engaños si afactan la reacción del toro hacia ellos. sí, por ejemplo, la muleta tuviera un color de menor intensidad o mas parecido al color del albero, es probable que no captaría la atención del toro.

Otro tema que fue estudiado son los posibles defectos en la visión del ganado bravo. El equipo quiso conocer en detalle las razones por las que muchos animales muestran problemas visuales en los corrales, algo que suele ser un problema en los reconocimientos veterinarios. A base de conocer en detalle las causas principales de los defectos visuales del ganado bravo el equipo pretendía buscar posibles soluciones para los problemas visuales presentados por los toros antes de la lidia.

En realidad, hay un gran número de circunstancias que pueden causar defectos en la visión del toro como sequedad del ojo o parásitos. En el caso de las infecciones y parásitos es hay que tener en cuenta las lesiones producidas por estos organismos extranjeros. Si se trata de un parasito que lesiona la pupila del toro, esto producirá problemas visuales permanentes para el animal, sin embargo, si las lesiones están en la pupila es posible que el toro recupere su calidad de visión natural. Detectar lo que ha causado la lesión seria útil para decidir que hacer con un animal que muestra problemas con la visión, sin embargo, hay que considerar también lo difícil que es detectar el problema en si por observar los ojos del toro de cerca.

El profesor Manuel Sanes, encargado de esta parte de la investigación, también tuvo en cuenta a los toros popularmente llamados burriciegos. La palabra burriciega se emplea con frecuencia en el mundo taurino y refiere a los toros que ven mal de cerca, de lejos o a cualquier distancia. No obstante, se descubrió que la visión del toro es hipermétrope, ven con claridad a una distancia más larga pero con menos claridad de cerca. Dicho eso, la palabra burriciego no es necesariamente acertada, ya que si partimos de la definición de Cossío todos los toros son burriciegos. En realidad, la condición de burriciego es simplemente la sensación de el que se pone delante y que está acostumbrado a la visión hipermétrope del ganado bravo.

Debido a que el ganado bravo casi siempre tiene la visión hipermétrope, cualquier toro que no es asi podría parecer extraño para el que se pone delante. Incluso si este tiene la visión perfecta, tendría una mirada distinta a la de otros animales al que tendría que adaptarse el torero. Esta visión hipermétrope, al igual que la colocación lateral de los ojos, es algo que existe para defender los bovinos salvajes, permitiéndoles ver de lejos a posibles depredadores. Este información, al igual que otros descubrimientos citados, pueden servir mucho al lidiador, cuyo trabajo es dominar la res con su inteligencia.

Para concluir, el profesor Juan Manuel bueno pregunta al final de su entrevista si la tauromaquia existiría si los toros no tuvieron la visión que tienen. La respuesta es que no. La tauromaquia, al menos la moderna que ha existido durante los últimos cien años, está basado en la inteligencia del hombre para dominar al toro. Para poder torear al toro el diestro debe de conocer bien los terrenos donde puede colocar, como manejar bien los engaños y como analizar bien las reacciones del toro en la plaza. No cabe duda de que los resultados de este estudio servirán para los profesionales taurinos o incluso para mejorar la lidia y el manejo del toro previo a su lidia.

Para conocer en detalle los temas analizados puedes consultar el tesis doctoral en formato PDF y los reportajes de Tendido Cero

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