miércoles, 22 de junio de 2016

El Maldito Pico

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  Gran faena de El Juli en Aranjuez 2013. foto de Tendido Cero.

Yo soy un gran aficionado a los toros, creo que el toreo es uno de las cosas más maravillosas que existe por su valor artístico, técnico y por sus matices éticas y filosóficas. Lógicamente existen cosas en el mundo de los toros que no me fascinan tanto, pero en general me parece un mundo extraordinario con muchas cosas grandiosas que descubrir y explorar. Algo que sí parece molestar a muchísimos aficionados, pero menos a mí, es eso de torear con el pico. Para muchos de los que se consideren grandes aficionados al arte de torear, adelantar el pico (punto triangular de la muleta al final del estaquillador) hacia el hocico del toro y llevarle toreado con ello es un auténtico crimen en contra del toreo y todos sus valores, pero yo no me convenzo con esta teoría.

En el mundo de los toros el conocimiento es algo que vale muchísimo ya que permite al aficionado observar y disfrutar en plenitud del arte de torear. Pero esa necesidad de conocer en detalle el  toreo ha llevado a que cada aficionado presume de saberlo todo para, de tal forma, imponer su superioridad o intelectualidad taurina sobre los demás. Este deseo de ser el taurino más sabio (que tienen muchos aficionados) les llevan a defender teorías y argumentos sin fundamento o explicación racional. No quiero con esto ofender a nadie, simplemente tengo ideas diferentes  sobre el toreo y me gustaría mucho exponerlas ya que, en los pocos años que llevo viendo toros y toreando de salón, he llegado a la conclusión de que el pico es fundamental para cualquier torero y cualquier concepto de tauromaquia.

Torear es, como ya sabemos llevar dominadas y controladas las acometidas de las reses de la forma más templada y segura que uno pueda, intentando incorporar también cierto valor estético cuando sea posible. Esto se puede hacer con o sin engaño, los recortadores, banderilleros y rejoneos también están toreando, aunque no tengan nada salo su propio cuerpo o la del caballo para someter al toro. Pero cuando se torea con la muleta asumimos que lo que se busca es llevar el animal embebido en la tela con la máxima seguridad y con el mayor recorrido posible. Para llegar a tal fin todos estarán de acuerdo con que es necesario llevar el toro embebido en los vuelos de la muleta ¿Qué son los vuelos? No se trata de la panza, esta parte de la muleta se mueve directamente con el estaquillador y por lo tanto la panza mueve directamente con la mano del torero, lo que vuela es la parte más suelta de la muleta, el pico. 

Además, para torear bien, llevando largo la embestida de la res, es necesario pasarlo con la mano extendida para que el toro siga los vuelos de la muleta muy atrás de la cadera. Para hacer esto sería imposible torear solamente con la panza de la muleta, ya que esta parte, al estar atado y sujetado por el estaquillador no se abre suficientemente para conducir la embestida en el círculo alargado que deseamos. Por lo contrario lo que pasaría es que, al no abrirse bien el engaño sería imposible obligar al toro a desplazarse en su embestida para dejarlo a la distancia correcta, haciendo que las embestidas sean muy apretadas e imposibilitando que el diestro se colocase para el siguiente muletazo. Porque la realidad es que el pico de la muleta es lo que permite alargar la muleta y, por lo tanto, el recorrido del muletazo, permitiendo al diestro coger distancia entre su cuerpo y la res para así manejarlo con mucha seguridad. Sin poder manejar la muleta de tal forma sería imposible alargar el recorrido del toro y dar al muletazo la profundidad que hoy en día se exige. 

Entendemos que la mano diestra es distinta a la zurda debido a que no existen los vuelos, el torero controla el movimiento de la muleta entera al llevar enganchado en ella su estoque de ayuda. A lo mejor es posible que cuando hablan de “abusar del pico” se refiere al toreo con la mano derecha, ya que el diestro controla completamente el movimiento de este cuando toreo en redondo con la diestra. Pero tampoco estoy de acuerdo con que sea siempre así. Según mi forma de observar el toreo, los toreros que más lejos pasan el toro no son necesariamente aquellos que torean con el pico sino los que torean con la panza. Para torear con la panza de la muleta es necesario extender más los brazos para presentar todo el engaño a la cara del animal y por ello la muleta se aleja más del cuerpo, dejando de tal forma al toro  más alejado del cuerpo del torero. En cambio, el torero que torea más con el pico puede llevar la otra parte de la muleta más escondida detrás del cuerpo y torear con una parte más reducida de la muleta, llevando al toro mucho más pegado al cuerpo.

Personalmente, no tengo experiencia ninguna en el toreo salvo las frecuentes sesiones de toreo de salón que realizo en mi jardín, aun así, diré con seguridad que cualquier muletazo que pego en la que no se abren los vuelos de la muleta (y por lo tanto extender el pico lo más posible) son los muletazos que no te dan ningún gusto pegar y que son secos, aburridos y ausentes de cualquier plasticidad y belleza. Está claro que delante de un toro la cuestión es totalmente distinta, pero creo que esto lo resume todo: el pico de la muleta juega un papel muy importante en la correcta ejecución del toreo, tanto desde una perspectiva artística como técnica. Manejar bien esta parte de la muleta resulta fundamental para poder torear con oficio y seguridad, además de posibilitar mayor lucimiento artístico para el diestro que, al hacer volar esta parte de la muleta, es capaz de conjugar en sus muletazos más estilo y plasticidad.

Hay faenas como la actuación histórica de El Juli en Aranjuez en 2012 en la que se puede observar el brazo y el pico alargados de una forma exagerada. Aun así el mismo Julian ha reconocido en entrevistas (Aplausos, 2015) que esto se hace con la intención de dar máxima duración a cada muletazo. Pues es indiscutible que los pases de esta faena eran muy muy largas. Ejecutándolas de esta forma se pierda profundidad, mientras que el pase aumenta en su duración, por lo tanto, puedo simpaizar con los aficionados que muestran su desinterés en este toreo, aun así no rechazo la tauromaquia de El Juli, simplemente no es mi forma de concebir el toreo. Considero que hay una gran diferencia entre citar con el pico (adelantando solamente el pico dejando el resto de la muleta atrás) y torear con el pico (dirigir la embestida del toro con los vuelos del engaño) y los aficionados deberían de diferenciarlos, porque un muletazo puede empezar con el toro siguiendo el pico y terminar con el animal siguiendo la panza.

Es verdad que yo soy solamente un humilde aficionado, mis argumentos y observaciones están formadas por algunos años de observación y de practicar el toreo de salón, nada más. Pero creo que la tauromaquia es tan rica en conceptos e interpretaciones como cualquier otro arte, tiene además un valor científico y matemático que lo hace transcender más allá de otros artes, cuya técnica y precisión sirve únicamente para maximizar la expresión cuando, en el toreo sirve también para que sobreviva el artista y logra entrar en dialogo con el toro. Un animal de carácter salvaje que acomete con la intención de vencer su enemigo que amenaza quitarle ese terreno que, aun siendo desconocido, considera como suyo. Oponerse o posicionarse en contra de un concepto del toreo parece, a mí modo de ver las coasas, ignorar y perder la oportunidad de conocer en más profundidad este arte tan único y tan maravilloso que es la de torear, como una persona que se limita a comer patatas y nada más, perdiendo así todas las experiencias incomparables que ofrece la gastronomía.

En conclusión, pienso que hablar de “torear con  el pico” se trata de un término muy abierto. No pienso que hay un concepto de Tauromaquia basada en usar demasiado el pico y otra basado en torear  con todo el engaño, simplemente no creo que existe. Cada  Tauromaquia es distinta y hay que analizarlas cada uno de forma individual, aunque estamos acostumbrados a clasificar los toreros según su corte, la realidad es que cada torero tiene su propio concepto de Tauromaquia y el aficionado, para ser  sabio, lo  que debe hacer es analizar cada torero independientemente para llegar a conclusiones distintas, no generalizar demasiado, que  eso no es bueno. El toreo, como ya he dicho, es una cosa muy bella y muy único. Para que siga siendo así es necesario  que defendemos la individualidad de cada torero, cada aficionado y cada encaste, no la monotonía y el conformismo que nunca han hecho nada bueno para el arte. 

Imagen: captura de pantalla de toros en directo (archivo personal). 


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